“El inglés no se parece en nada al español”.
Una frase común entre quienes comienzan a estudiar inglés… pero no del todo cierta.
De hecho, si leemos en inglés “The new constitution will force the population to study English”, muchos reconocerán varias palabras sin haberlas aprendido formalmente.
Esas palabras que suenan familiares se llaman cognados, y son la primera gran pista de que el inglés y el español tienen mucho en común.
1. Cognados: una ventaja natural para hispanohablantes
Los cognados son palabras que comparten origen y significado en diferentes idiomas.
Por ejemplo: information – información, nation – nación, university – universidad.
Gracias a esta raíz latina compartida, los hablantes de español pueden comprender una gran parte del inglés escrito sin necesidad de traducir palabra por palabra.
Esto convierte al español en una excelente lengua base para aprender inglés.
2. Orden de las palabras: solo un pequeño cambio
El ejemplo clásico nunca falla:
En español decimos el auto rojo y en inglés “the red car”.
La única diferencia es el orden del adjetivo y el sustantivo.
Más allá de eso, el orden sintáctico general entre inglés y español es casi idéntico.
Por lo tanto, al aprender inglés, el hablante hispano ya tiene una estructura mental compatible que le permite avanzar más rápido.
3. Otras similitudes importantes entre ambos idiomas
Además de los cognados y el orden gramatical, hay cuatro grandes similitudes que facilitan el aprendizaje:
1. Vocabulario común: cientos de términos con raíces latinas o griegas compartidas.
2. Puntuación casi idéntica: uso de comas, puntos y signos muy similar.
3. Mismo alfabeto latino: solo pequeñas variaciones de pronunciación.
4. Estructura lógica similar: sujeto + verbo + complemento en la mayoría de los casos.
Estas coincidencias hacen que el proceso de aprendizaje del inglés sea más una adaptación que una reinvención.
4. El inglés como lengua franca del siglo XXI
El inglés es la lengua franca global, el idioma común para el comercio, la ciencia, la tecnología y la educación.
Esa exposición constante —en música, cine, internet y redes sociales— acelera la familiarización natural con el idioma.
Escuchar canciones o ver películas en inglés ya es una forma de contacto lingüístico.
Por eso, aprender inglés en el siglo XXI es más accesible que nunca.
5. Consejos prácticos para hispanohablantes
• No temas a las diferencias; más bien, aprovecha las cosas en común.
• Memoriza patrones, no excepciones.
• Imita sonidos naturales sin obsesionarte con el acento.
• Aprovecha tu conocimiento del español: las estructuras mentales ya están formadas.
Conclusión: dos idiomas, una misma lógica
El inglés y el español no son mundos opuestos.
Son idiomas primos que comparten raíces, estructuras y objetivos comunicativos.
Al reconocer sus puntos en común, el aprendizaje se vuelve más natural y motivador.
Así que, la próxima vez que alguien diga que “el inglés no se parece en nada al español”, respóndele con confianza:
“Actually, they have a lot in common”.