“Estaba en clase”, “Estoy tomando clases de inglés”, “A esa hora tengo clases de inglés”. Todas son expresiones comunes, y sí, en Instituto Competent impartimos clases de inglés personalizadas. Pero surge una pregunta clave: ¿es suficiente solo estar en clase? ¿Avanza igual un estudiante que asiste 3 horas semanales y dedica otras 2 o 3 a práctica independiente, que alguien que solo entra a su sesión semanal? La respuesta es clara: no. Para evitar estancarte, necesitas salir de la trampa de la actitud pasiva.
¿Qué es la actitud pasiva?
La actitud pasiva aparece cuando el estudiante asume que con asistir a clases es suficiente para avanzar. Aunque la instrucción guiada sí genera progreso, no es lo único que impulsa tu aprendizaje. El verdadero crecimiento ocurre cuando decides mantenerte en movimiento lingüístico: dedicar minutos de tu día a revisar, escuchar, leer, practicar o simplemente exponerte al idioma.
La actitud activa acelera tu progreso
Con una actitud activa, las clases se vuelven más efectivas, el aprendizaje es más sencillo y tu progreso se acelera. Puedes repasar contenidos, pedir actividades extra, investigar vocabulario nuevo o profundizar en temas que aparecieron durante la clase. Esta combinación —clase + práctica autónoma— crea un ciclo continuo de aprendizaje real.
La recomendación clave
No te quedes quieto. Mantén siempre un nivel de exposición al inglés, incluso en los días sin clase. Repasa, indaga, lee, escucha y pregunta. Nosotros hacemos nuestra parte al diseñar tu progreso; tú haces la tuya manteniéndote en contacto constante con el idioma. La forma en que participas fuera de la clase marca una diferencia enorme.
Evita la actitud pasiva. Abraza la actitud activa y convierte el inglés en parte de tu día a día. Tu avance será inevitable.